Su pasado, sus nombres y su destino son desconocidos.
Despertaron de la oscuridad en la que fueron contenidos.

Almas desafortunadas, privadas de sueño y asustadas,
han aceptado su rostro como monstruosidades desbocadas.

Miradas escarlatas buscan desesperadas:
la verdadera oscuridad, por sus ojos custodiada;
un rayo de luz, cálido y prístino;
otras ánimas, con las que compartan el destino;
el verdadero poder,
el camino que deben recorrer.

«¡Son demonios de otra dimensión!»
Los villanos despreciaban y temían su aparición.
«¡Son héroes de otra dimensión!»
Las masas aclamaban y acogían su ambición.

Sus miradas sanguinarias acechan pacientes en la oscuridad.
Para algunos, son las pesadillas de su realidad.

Y, sin embargo, tras esa mirada endemoniada,
solo se esconde una fuerte determinación escarlata.