«Estamos condenados»

Esto es lo que pensó en el momento que lo vio.

Una noche en la que la sombría oscuridad devoraba la luz de las estrellas,

un misterioso astro rojo, nunca antes avistado,

brillaba solitario en la constelación de la Piedra sellada

en la región norte del cielo.

«Debemos unirnos todos para prepararnos para la calamidad que está por venir.

Si no lo hacemos, ¡solo nos espera la destrucción!»

Rux Maha Dehkia

Le llamaban el extravagante de la Torre de marfil por sus ideas excéntricas,

y decidió aparecerse ante la población por primera vez.

En un abrir y cerrar de ojos, una multitud se había formado ante él

mientras anunciaba la existencia de los invasores oscuros que tanto había estudiado durante años.

«He visto con mis propios ojos el cometa que pasa por la Estrella del norte.

Un cometa que porta el color de la sangre es presagio de destrucción y oscuridad.»

«Estoy en lo cierto. Los invasores oscuros que profetizaban las

Revelaciones de Margahan están por llegar.

¡Tan solo necesitarán tres días para convertir el reino en cenizas!»

La aparición del misterioso cometa no evocó ningún miedo

entre la población que estaba bendecida por el abundante río Agris.

Se sentían tranquilos en la ilusión de abundancia

del grano que se amontonaba en cada almacén

y el aroma del vino que disfrutaban junto a la comida.

Aunque sabían que la vida eterna y la prosperidad infinita no existían en su mundo,

se perdieron en su preciada rutina de prosperidad.

«¡Escuchadme! Seres que nunca antes habíamos visto están por llegar.

¡He construido con mis propias manos un artefacto que me ha permitido presenciarlo!

¡Creed lo que mi telescopio astronómico, Atorarkiaka, me ha enseñado!»

Antes de que pudiera terminar sus palabras, fue encarcelado por disidencia.

Confinado en la prisión que él mismo había diseñado, de la cual nunca nadie había escapado,

dejó de lado su pesar por el reino que estaba destinado a la catástrofe.

Entonces, una noche en la que la brillante luna iluminaba los barrotes de su prisión,

desapareció sin dejar rastro.

Sin antes dejar un pequeño cubo que contenía una carta.

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«Necios ciudadanos…

Cuando aquellos de ojos sangrientos, los invasores oscuros, desciendan a este mundo…

Cuando los templos colapsen, la Torre de marfil arda y vuestras lágrimas de arrepentimiento se derramen en la tierra quebrada…

Vendré a salvaros a todos.»

Así como lo presagió, después de exactamente 49 años,

el cometa con los invasores de ojos sangrientos llegó a su mundo.

Los templos colapsaron, la Torre de marfil ardió y la tierra se quebró por completo.

Los ciudadanos lloraban de arrepentimiento y esperaban su retorno.

Pero él no volvió para salvarlos.

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«Carthuo Fenhaus Atoraxxion: El cometa del día final.»