Arduanatt, la encarnación del viento, vuela y planea libremente por el aire con la ayuda de sus dos majestuosas alas.

Un día, Arduanatt conoció y entabló amistad con Secrua, la hija del sol. A diferencia de Secrua, que era justa y apasionada como el sol, el alma de Arduanatt era libre. Esto provocó muchas peleas entre ellos. Un día, tras una gran pelea, a Arduanatt se le derritieron las alas de la espalda y cayó en picado al suelo.

Sin embargo, la gente cree que tras siglos de esconderse de Secrua, el Arduanatt caído volverá a alzar el vuelo.

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Diné, encarnación de la frescura del bosque, era el único que podía acercarse a Peridición con sus llamas de bosque.

Un día, apareció una pequeña serpiente y dijo que se habían plantado semillas de muerte en el bosque. Diné corrió como el viento, pero cuando llegó no encontró allí más que una espesa niebla.

Solo más tarde se dio cuenta de que la serpiente había desaparecido y entonces volvió con su madre, pero para entonces Peridición ya había abandonado el bosque.
Pensar que Diné había fracasado a la hora de proteger a su propia familia le desesperó. Dejando atrás su deber de proteger el bosque, Diné abandonó el bosque en dirección al desierto siguiendo las tristes huellas de Peridición.

A diferencia de Arduanatt del viento, que surcaba los cielos libremente, o Diné de la tierra, el más querido del bosque, Peridición no estaba libre de la carga de su propia llama. Aparte de ellos dos, nadie se atrevía a acercarse a Peridición. Por ello, sufría de soledad.

Un día, Ibedor, la serpiente de las tinieblas, se acercó a Peridición.
«Con él, podrás correr libremente por el mundo, haciendo alarde de tus llamas ardientes».
La serpiente susurró que alguien esperaba a Peridición más allá de la puerta del infierno, al final del desierto.

Convencido por las palabras de Ibedor, Peridición abandonó a su madre por primera vez.
La gente cree que, con el tiempo, Peridición superará los susurros de la oscuridad y se encontrará con aquel que abrace sus llamas y corra libremente sobre la tierra.